ESCRITURA CASI PERFECTA.

Autor: David Herrera.

Hace unas semanas decidí hacer introspección. Una introspección que me llevaría a conocerme a mi mismo, ya que yo he insistido tanto en que no me conozco a mismo.

Quiero saber si en realidad no me conozco, o es una parte de mí que no se satisface, que simplemente quiere ser perfeccionista, que quiere idealizarse en el que algo me falta cuando en realidad nada me falta.

Tomo la hoja y pluma, dos reliquias transmisoras de la verdad. Redactó mi idea, la cual nace de inquietudes e inteligencia que quiero encriptar para alguien qué pasa lo mismo que yo, lo pueda obtener y esto le pueda ayudar.

Aunque llevo un mensaje primerizo, este puede cambiar durante el lapso de tiempo en que le me detenga a pensar y es ahí cuando empezaré a dudar. Porque dudar es mi debilidad. Es difícil intentar ser una persona sapiente, alguien a quien escuchen o lean. Intentas pintar la sonrisa de los que no gozan.

Ideas se entrelazan, para confundir la mente del oyente o lector, esto a manera de que no sea directo y ello busquen la curiosidad y comiencen a pensar como yo.

Para ayudarme a saber si realmente me conozco, me apoyo de la remembranza la cual se acompaña con fotogramas en una línea de tiempo que me indica algo curioso. Intento conocerme a mi mismo para poder cambiar, porque cambiar a sido mi meta en un principio. Jaculatorias nocturnas en noches perennes se volvieron una salida cuando en mis manos estaba la salida pero mis múltiples pugnas entre ser yo y querer cambiar no paraban y llegué a esto; la pregunta es… ¿Me conozco o no?